Confesión de Fe

Asociación Internacional de Ministerios de Sanidades

Creemos en un Dios Eterno que existe en tres personas: Padre, Hijo y Espíritu Santo.

Creemos en la Divinidad del Padre, rico en compasión, creador del universo, santo, eterno y omnipotente. Se manifiesta en perfecta justicia y amor, y nos llama a ser sus hijos por la fe en Jesucristo.

Creemos en la Divinidad de nuestro Señor Jesucristo, nacido de una virgen,
- en Su vida sin pecado,
- en Sus milagros,
- en Su muerte vicaria y redentora, por Su sangre derramada no sólo por el pecado, sino también por el dolor y la enfermedad,
- en Su Resurrección corporal,
- en Su Ascensión a la diestra del Padre,
- en Su regreso glorioso.

Creemos en la persona del Espíritu Santo que llena a todo cristiano que lo pide con fe,
- que al habitar el Espíritu Santo en los creyentes, les permite llevar una vida santa y les da el poder de realizar « obras mayores », como ha dicho Jesús,
- en la plenitud del Espíritu Santo, manifestando sus dones y sus frutos cuando los creyentes oran por los enfermos.

Creemos que la Biblia es la Palabra de Dios. Hombres de Dios la escribieron bajo la inspiración, influencia y dirección del Espíritu Santo. Creemos que la Palabra de Dios proporciona la sanidad, a semejanza de una semilla que, una vez sembrada, da fruto.

Creemos en la salvación y la justificación, obtenidas por la gracia de Dios en Jesucristo y que sólo pueden recibirse por la fe; En la necesidad de un nuevo nacimiento que lleve a una vida transformada, de piedad, santificación, servicio y testimonio para la gloria de Dios por la acción del Espíritu Santo.

Creemos en la Iglesia universal, todo el cuerpo de los redimidos por Jesucristo, de todos los países y de todos los tiempos, y cuya verdadera unidad está en el Espíritu Santo; comunidades queridas por Dios, formadas por personas que profesan haber encontrado en Jesucristo a su Salvador y Señor.

Creemos que todos los servidores que trabajan en el ministerio de la sanidad deben:
- ser sumisos al Espíritu Santo dejándose transformar,
- recibir sustento de la Palabra de Dios y ponerla en práctica,
- llevar una vida de oración,
- desear crecer bajo la unción del Espíritu Santo,
- estar dispuestos a actuar con los dones del Espíritu Santo en función de las necesidades,
- dar continuamente gloria a Dios por lo que ha hecho.

Creemos que es un ministerio que une a creyentes de diferentes iglesias y que les da la posibilidad de orar juntos, para que los enfermos sean tocados, salvados, liberados y sanados.