Cada uno de nosotros debe entender como recibir la sanidad y mantenerla. Cuando entendemos la Palabra de Dios sobre la sanidad y actuamos de acuerdo con ella, esto libera la manifestación de la sanidad en nuestro cuerpo físico. Nuestra meta es recibir la manifestación de sanidad y darle a nuestro Padre la gloria por lo que Jesús ha hecho por nosotros.
El diablo nos aflige con enfermedades, y no le gusta cuando la Palabra de Dios trae sanidad y destruye su obra. El diablo siempre tratara de restablecer su aflicción robando la verdad de la Palabra que esta en nosotros. Vemos esto en Mateo 13:19 donde dice: « Cuando alguno oye el mensaje acerca del reino y no lo entiende, viene el maligno y arrebata lo que fue sembrado en su corazón. Esta es la semilla sembrada a lo largo del camino ». El enemigo quiere robar la Palabra antes de que pueda arraigar firmemente en nosotros para producir la sanidad. El diablo sabe que la Palabra de Dios es más poderosa que su obra… la enfermedad, así que trata de quitar la Palabra dentro de nosotros antes de que eche raíces. Solo la semilla que ha tenido raíz puede producir una cosecha.
"Él [Jesús] andaba haciendo el bien y curando a todos los oprimidos por el diablo, porque Dios estaba con él"
Hechos 10:38
Cuando recibimos la Palabra sobre la sanidad, que alguien ora por nosotros y se produce la sanidad, la recibimos con alegría, pero debe estar firmemente arraigada en nosotros porque el diablo siempre intentará afligirnos con los mismos síntomas para que cambiemos de opinión. El versículo 21 dice que a causa de la Palabra, esta aflicción vendrá en contra nuestra para darnos ocasión de caer.
"La semilla que cae en terreno pedregoso se refiere a alguien que oye La Palabra y enseguida la recibe con alegría. Pero como no tiene raíz, dura poco tiempo. Cuando llegan los problemas o la persecución a causa de La Palabra, enseguida caen".
Mateo 13:20-21
Debemos mantenernos firmes en lo que es bueno. Dejamos que la palabra eche raíces para que pueda completar la manifestación de la sanidad.
Jonás es un ejemplo de ello. Fue tragado por una ballena, y estuvo en su vientre durante tres días y tres noches, pero persistió en clamar al Señor, confiando en su promesa de librarle de una situación imposible en la que él mismo se había metido.
"Tú guardarás en perfecta paz a los que tienen la mente firme, porque confían en ti".
Isaías 26:3
Jonás decidió no creer en un ídolo vano, o en una mentira, sino confiar en Dios, y Dios lo liberó de todas sus circunstancias. Si Jonás hubiera creído la mentira, habría perdido su fe, y no habría recibido su liberación.
¿Cómo podemos esperar que Dios nos libre, si nos fijamos en lo que hace el diablo en lugar de confiar en Dios?
Por eso, cuando vuelvan los síntomas, debemos poner nuestra fe en Dios y en su Palabra y decirle al enemigo que, pase lo que pase, no creeremos en sus mentiras.
"Pero yo, con gritos de alabanza agradecida, te ofreceré sacrificios. Cumpliré lo que te prometí. Diré: 'La salvación viene del Señor'. Y el Señor ordenó al pez, el cual vomitó a Jonás en tierra seca".
Jonás 2:9-10
"Someteos, pues, a Dios. Resistid al diablo y huirá de vosotros".
Santiago 4:7